Asalto grande, pero esperado
Cumplía mi turno en la Tienda “Listo”, cuando el hampa dio un golpe esperado, aunque no esperaba un contragolpe como el que recibió.
El 22 de Agosto del 2013 ingresé a ocupar el
cargo de cajero en la “Tienda Listo” de gasolinera Primax, en la sucursal
“Estación Ruben” en Quito.
Un año completo después, el índice
delincuencial en la capital “se disparó por los cielos”. Las víctimas de los
robos fueron todas las estaciones de servicio, especialmente pasada la media
noche. Me llegó el rumor de que una moto
Yamaha negra, con guardafangos verde, con dos tipos armados merodeaba y atacaba
todas las estaciones Primax, como “modus operandi”. Todos lo sabían pero nadie
hacía nada. La noche del viernes fue la
estación “Mundo Tuerca”, el sábado la estación “6 de Diciembre” y el domingo le
tocó a nuestra estación.
En efecto, se acercó una moto Yamaha Negra,
guardafangos verde, dos tipos armados y, en efecto, robaron.
En este caso, el resultado fue más grave pues
la estación en la que yo trabajaba contaba con gasolinera y tienda y atención las 24 horas.
En total se llevaron $456 con varios centavos,
pero irónicamente, mientras no olvidaban
una moneda al momento de desvalijarnos, olvidaron un revolver de fabricación
artesanal que le permitió a la policía rastrearlos, ubicarlos y tras un
operativo que duró un mes, atraparlos en la misma estación donde olvidaron el
revólver.
El operativo contó con fuentes cercanas a los
delincuentes y se planteó como película
de acción estadounidense. Agentes de la
policía se capacitaron un par de días para atender a los clientes al mismo
tiempo que estaban alertas de dicha moto. Un oficial de apellido Gordón estuvo
a mi cargo.
Él vistió mi uniforme al momento del
operativo. Se ubicó en mi puesto mientras yo lo asesoraba y ayudaba cuando
pataleaba al momento de facturar o cobrar a los clientes normales.
Llegaron las 2:30am y su fuente les aseguró
que a esa hora llegarían porque ya nos tenían vigilados, y ¡en efecto! Se acercó la moto de la descripción, pero
esta vez con tres sujetos: El uno se acercó a la caja de la tienda, el otro fue
donde un despachador de gasolina y el otro a vigilar. Sin saber que ellos
estaban vigilados, al momento de sacar sus armas, se vieron rodeados, apuntados
y detenidos por un convoy de policías ocultos, en varios puntos de la
gasolinera.
El
operativo fue totalmente exitoso pues sirvió para desmantelar una banda grande
que operaba casi en todo el país. Más fuerte que el susto del asalto, fue el
gusto de saber que fueron arrestados y por supuesto, haber sido participe de
aquello.
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