domingo, 25 de febrero de 2018

Perfil: El “Chi Sao” perfecto

Hace 10 años llegó a Quito desde Colombia. Gonzalo Montoya incentiva a los jóvenes ecuatorianos a vencer sus límites.
“Cuando llegué a Ecuador solo buscaba una nueva vida con mi familia Quiteña. Nunca creí que el Kung-fu se convertirían en mi vocación, Me titulé como administrador de empresas”, dice Montoya al recordar cómo llegó al país en busca de un empleo de oficina.
Hombre trigueño y fornido de 1.83 metros de altura. Gonzalo Enrique Montoya García nació un 13 de abril de 1982 en Pereira, Municipio de Colombia. A los 12 años se mudó a Bogotá para estudiar la secundaria y luego la universidad. A los 15 conoció el Kung -fu de mano de Zhao Wu, su maestro de Artes Marciales de toda la vida, y mientras crecía y estudiaba, su pasión por el Kung-fu crecía de la misma forma; sin embargo, optó por estudiar Administración de Empresas en la Universidad Antonio Nariño de Bogotá, en vez de Cultura Física. Poco después de cumplir 25 años viajó a Quito donde conoció a Julio Mena con quien, un año después, abriría una escuela de Artes Marciales.
Con casi 35 años, “El profe”, como cariñosamente lo llaman sus alumnos, enseña la disciplina china del Kung-fu desde  hace ya 8 años. Y a pesar de que no estaba en sus planes hacer del Kung-fu su sustento y profesión, aclara que es la mejor decisión que pudo haber tomado.
Hace 10 años que Montoya llegó a Quito a casa de su prima, Mónica Merizalde, con quien dice tener una relación de casi hermanos. “Mi primo es una persona muy agradable, chistoso, amable y con un carácter muy fuerte; creo que por eso práctica artes marciales”, dice Merizalde al hablar sobre la pasión por el Kung-fu se su “casi hermano”.
Pese a la falta que le hace su tierra natal, las costumbres y sobre todo la comida colombiana, dice estar muy feliz y orgulloso de también ser ecuatoriano. Así también, dice sentirse orgulloso del trabajo que día a día realiza con sus alumnos.

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