Una noche antes de volver a ver a mi familia
Luego de tres meses acuartelado en la “11 BCB Galápagos” salí franco por primera vez, luego de la famosa “noche negra”
Mi ingreso al ejército nacional del
Ecuador tuvo lugar el 21 de septiembre del 2013, en el fuerte militar “El
Pintado”. Luego de pasar los exámenes médicos, fui con destino a la “Brigada
Galápagos”, ubicada en la ciudad de Riobamba. Al llegar asignaron camas a los
que alcanzaran, el resto dormiría en el suelo. El hambre ayudó a conciliar el
sueño, pues no habíamos comido nada.
El ejercicio y el maltrato se volvió
rutinario en los siguientes tres meses de “instrucción” militar. Ya sabíamos
marchar, armar y desarmar un fusil, disparar y demás cosas “militares”,
inclusive aguantar palazos. Pero se acercaba el momento de visitar a nuestras
familias, el tan anhelado “franco”.
La noche anterior a la salida, me
encontraba en la última formación antes de retirarnos a descansar, pero algo no
andaba bien, todo estaba tranquilo. Al finalizar la revisión de personal, sacaron
dos bombas lacrimógenas de una funda y empezó una noche muy larga.
El primer paso consistía en desanimarnos
con insultos, castigos y golpes. Luego de mucho ejercicio, nos llevaron a una
cancha de polo y nos lanzaron un balde de agua helada para prepararnos a
recibir el gas. Eran aproximadamente las 11:00 pm cuando nos reunieron en
círculo pequeño. Dieron la orden de arrodillarse y agachar la cabeza.
Luego de unos segundos, se escuchó caer la bomba
dentro del círculo. Solo escuchaba gritos y sentía golpes de mis compañeros que
trataban de correr. Abrí los ojos y el gas no me permitió ver nada; intenté
respirar, pero no pude hacerlo; intenté correr, pero el debilitamiento me lo impidió.
Al cesar el gas, pude respirar, pero me sentía muy mareado por la falta de
oxígeno. Al abrir los ojos, vi gente desmayada por toda la cancha, unos
vomitando y otros regresando a la formación. Pero lo que no sabíamos es que nos
esperaba una segunda bomba, pero toda la tortura era soportable porque sabíamos
que a la mañana siguiente podríamos ver a nuestras familias al fin...
Elaborado por:
Jersson Cañadas
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